sábado, 29 de noviembre de 2008

Sin nombre II

Por aquel lugar solo caminaban unas cuantas personas,algo que contrastaba bastante con la carretera,rebosante de todo tipo de automóviles e iluminada por las luces centelleantes de las farolas. Había más de una fundida,y a veces él se adentraba en las sombras,sintiéndose así algo más resguardado del mundo.

La noche era húmeda,algo normal teniendo en cuenta la época otoñal en la que estaba. Sobre la acera encharcada se posaban las hojas muertas de los arboles,que se erigian desnudos hacia los cielos con profundo pesar.

Tiritaba de frío,y caminaba ligeramente encogido,con las manos cuidadosamente metidas en los bolsillos de su pantalón negro. El vello de los brazos se le erizaba con cada ráfaga del gélido aire,al igual que el de la nunca. Escalofríos recorrían su cuerpo y su mente.

Y entonces la vió. Se acercaba caminando con paso firme y decidido. Iba totalmente erguida y no parecía tener frío. Él adoptó una pose parecida al verla. Intentó seguir mirando al frente,pero no pudo. Su mirada se desvió hacia ella,y la miró detalladamente en muy poco tiempo. Vestía unos pantalones vaqueros de pata ancha,y una camiseta de manga larga totalmente negra y oscura,pero que dejaba al descubierto sus preciosos y elegantes hombros. Sobre ellos caía un cabello ondulado y de un color entre castaño y negro,dificil de discernir en la oscuridad de aquel tramo. Lo que si pudo ver fueron sus ojos,oscuros,penetrantes y llenos de secretos,que se cruzaron con los suyos. Sus miradas parecieron durar una eternidad,pero realmente solo duraron unos segundos. La muchacha continuó su camino,pero él dejó de andar. Comenzó a llover.

Giró lentamente la cabeza,y se quedó mirando como andaba mientras abría un paraguas para resguardarse de la lluvia. Se quedó observando como se alejaba sin apenas mojarse,mientras el se empapaba y se calaba hasta los huesos. Veía su movimiento fino,dulce y sensual,de aspecto divino y significado oculto para un simple mortal,distanciándose,hasta que ya no pudo distinguir su hermoso contorno en el oscuro horizonte. Se quedó allí parado,inmovil,observando como se alejaba lo que podía haber sido y no fué.

2 comentarios:

Amaya Martín dijo...

Lo que pudo ser y no fué..tantos sueños imposibles pasan de esa misma forma por nuestro lado, como un viento a veces gélido, a veces cálido y siempre aventurero..y asi se alejan, como una mujer de caminar sensual y rasgos finos, sin darnos tiempo a nada más que no sea acariciarlos con la mirada y besarlos con el corazón..
Te he encontrado a través de un comentario que dejaste en mi blog y te pondré un enlace..Me encanta como escribes..
Un abrazo Jorge

Siôrs dijo...

Agradezco tu comentario y tu ayuda para darme a conocer,Amaya. Es un placer leerte.

Saludos.